Jules Charles Thays, fue hijo único del matrimonio de Simon Thays, tipógrafo de origen belga, y Ernestina Paris, proveniente de una familia comerciante de Versailles, nació en París el 20 de agosto de 1849. Quedó huérfano a los siete años y fue bautizado como Jules Charles en la parroquia de Saint Germain des Près a los diez. Sin embargo, al radicarse en la Argentina consideró necesario cambiar su nombre de pila por Carlos, porque pensaba que así debía escribirse para su correcta pronunciación en español.
Fue alumno y discípulo del paisajista Edouard Francois André (1840-1911). Junto con Alphonse Alphand (1817-1891) y Edouard André, fueron los responsables de la histórica remodelación urbanística y paisajística de París durante el imperio de Napoleón III.
En 1888 fue recomendado por Adolphe Alphand al argentino Miguel Crisol para proyectar y construir un parque en la ciudad de Córdoba. Aquel proyecto, el parque Crisol, denominado hoy “Sarmiento”, fue su primer espacio público diseñado en el país. Su estadía en Argentina, se transformó en definitiva en mayo de 1891, al ganar el concurso de Director de Parques y Paseos de la Ciudad de Buenos Aires, desempeñándolo con responsabilidad, conocimiento hasta fin de 1913.
En Buenos Aires conoció a la muy joven Cora Venturino, con quien se casó en la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad en 1892. Él tenía 43 años y ella 18. A pesar de la diferencia de edad, siempre fue un gran amor. Cora usualmente acompañaba a su marido en sus trabajos, ya fueran cabalgatas de exploración por la selva misionera, o la construcción de parques en la ciudad de Buenos Aires. Era su costumbre llevar a sus dos hijos, Carlos León y Ernestina, y una canasta de pic-nic para pasar los días juntos. Quizás a esos orígenes obedezca el hecho de que la familia Thays lleva ya cuatro generaciones de paisajistas. Carlos León (1894-1962) fue, al igual que su padre, Director General de Paseos. Su nieto, Carlos Julio Thays (1926-2017) se desempeñó en el ámbito privado y fue Presidente de Parques Nacionales. Su bisnieto, Carlos Thays (1959) es ingeniero agrónomo y trabaja como paisajista desde 1978.
El 7 de septiembre de 1898, Thays creó el Jardín Botánico en Buenos Aires, ubicado en Av. Santa Fe 3951, en el barrio de Palermo. Este emblemático Jardín fue una de sus principales obras en el país. En su centro se encuentra la casa donde habitó con su familia (1892-1898) y como reconocimiento a su obra hay un monumento a su memoria. En el mismo se puede apreciar la flora de las provincias argentinas y de varios países del mundo. Allí Thays plasmó los tres tipos de diseño paisajístico: Simétrico, Mixto y Pintoresco y con un típico "espíritu" de la Belle Époque.
Ente 1891 y 1895 la Dirección de Paseos terminó 22 paseos nuevos (hasta ese momento existían 27). Entre los principales parques y plazas que Thays creó, amplió o remodeló como director deben citarse los parques: Centenario, Lezama, Patricios, Los Andes, Ameghino, Colón, Chacabuco, Pereyra, Avellaneda, Intendente Alvear, Barrancas de Belgrano y las plazas Constitución, Congreso y de Mayo. Trabajó en las plazas Olivera, Matheu, San Antonio -hoy Díaz Vélez- y de los parques Chacabuco, de los Patricios y Los Andes.
Aprovechó la floresta autóctona de modo que a él se debe que muchas plazas, parques y calles de Buenos Aires estén arboladas con especies del norte y del nordeste del país, como lapachos, ceibos, palos borrachos, jacarandás, tipas y yuchanes, entre otros.
Los Bosques de Palermo o Parque 3 de Febrero fueron una de las más grandes obras de remodelación encaradas por Thays constituyéndose, aún hoy en día, en el área verde más característica y tradicional de Buenos Aires. Entre otros aportes amplió el parque al agregarle una zona de lagos.
También trabajó activamente en el proceso que culminó con la creación del Parque Nacional Iguazú, en la Provincia de Misiones. Este parque fue planificado con anterioridad a su creación definitiva, que recién tomará forma a partir de 1934 con la creación de la Dirección de Parques Nacionales. El artífice y pionero de este proceso fue Thays, quien realizó el primer proyecto de creación y ordenamiento de un Parque Nacional en el país. Él realizó un relevamiento sobre los lugares en donde podían colocarse puentes y pasarelas, así como miradores. Los fundamentos de la creación del parque fueron la protección del marco paisajístico de las Cataratas del Iguazú, junto a la exuberante selva misionera, paranaense o subtropical que las rodea, con sus especies animales y vegetales características.
Además, emprendió labores como urbanista proyectando el Barrio Parque, en el año 1912, en Palermo Chico, en Buenos Aires; el barrio de Carrasco, en Montevideo, proyecto de la ciudad-jardín Luro Roca (Partido de San Vicente, Provincia de Buenos Aires) y anteproyecto de Pueblo Chovet, en Santa Fe.
Si bien Thays realizó sus principales actividades en Buenos Aires encaró varios proyectos cívicos en otras ciudades y lugares de Argentina, tales como: remodelación del Parque Sarmiento (1889) en la ciudad de Córdoba, remodelación del Parque 20 de Febrero en la ciudad de Salta (1900), creación del Parque 9 de Julio en San Miguel de Tucumán (1908), Parque Independencia en Rosario, Parque General San Martín de la ciudad de Mendoza, Parque Urquiza de la ciudad de Paraná, Parque Sarmiento de la ciudad de Azul (Buenos Aires), la bella "Plaza 25 de Mayo" de la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, el Parque Santa Ana en Tucumán; el Paseo General Paz y Boulevard Marítimo en Mar del Plata (desaparecido en 1903 para la construcción del Casino y el Hotel Provincial), así como el proyecto de una ciudad-anfiteatro (la Mansión de Invierno) en la ciudad de Empedrado en la Provincia de Corrientes.
Su obra articuló la trama urbana de la ciudad, creando un sistema de bulevares y arboledas de calles que junto a los espacios verdes logró generar una clase de espacio público con funciones recreativas y de paseo. Contribuyó al espacio colectivo al diseñar áreas para juegos infantiles, gazebos para bandas de música, áreas deportivas y baños de uso público.
Carlos Thays también realizó importantes urbanizaciones con parquización en Uruguay, en donde se destacan el Bulevar Artigas, la Plaza Independencia de Montevideo, el Parque Batlle, el Parque José Enrique Rodó, la ornamentación de la Plaza de Cagancha, y los jardines del castillo de Idiarte Borda.
Entre las numerosas obras privadas en la provincia de Buenos Aires, se destacan las de las estancias: Villa María, de la familia Pereda, en la localidad de Máximo Paz; La Candelaria, de los Piñero, en Lobos (de castillo estilo francés, parquizó 100 hectáreas e introdujo 240 especies como araucarias, palmeras, ombúes, casuarinas y pinos); Un Durazno, de Carlos Díaz Vélez, en Rauch; San Pablo, de los Egaña-Díaz Vélez, en Monte; Dos Talas, de la familia de Pedro Luro, en Dolores; La Porteña, de los GuerricoGüiraldes, en San Antonio de Areco (aquí sembró eucaliptos, cedros del Líbano, robles y una avenida de acceso con un árbol originario del Mediterráneo, el almez), La Rica, de los López, en Chivilcoy y La Larga y La Argentina, ambas del ex presidente Julio Argentino Roca, en Daireaux y San Andrés de Giles respectivamente. A ellas se suman, además, las estancias: La Concepción, en Lobos; La Cautiva, en Coronel Vidal; La Benquerencia, en San Miguel del Monte; San Eliseo, en San Vicente; La Tradición, en Moreno, El Mirador, en Cañuelas y el chalet con parque para la familia Sansinena en General Daniel Cerri.
En el interior del país, Thays diseñó los parques de los establecimientos: La Paz, también del ex presidente Julio Argentino Roca, en Ascochinga, Provincia de Córdoba y los jardines del Palacio Ferreyra (1913) de la ciudad de Córdoba.
Además, junto al Perito Moreno y otras destacadas figuras, fundó el 4 de julio de 1912 la Asociación de Boy Scouts Argentinos.
Thays fue un estudioso de la flora sudamericana y realizó numerosas excursiones científicas que le sirvieron para conocer especies autóctonas argentinas y aclimatarlas en el Jardín Botánico de Buenos Aires.
A principios del siglo XX, en Argentina sólo se cosechaba yerba mate silvestre. Ante la necesidad de importar la yerba desde Brasil y Paraguay para satisfacer el consumo interno, Thays investigó los métodos de germinación de las semillas. En 1895 recibió las primeras semillas de yerba mate que logró hacerlas germinar. Comenzó así la plantación y cultivo de la planta de yerba mate en toda la Mesopotamia, hecho que dio paso a una importante industria.
El Jardín Botánico de Buenos Aires fue el resultado de las investigaciones desarrolladas por Thays sobre las características forestales de nuestro país y a partir de las cuales propuso proyectos para la formación de parques nacionales, con el fin de preservar los conjuntos más valiosos de Argentina.
Fue el 22 de febrero de 1892 que elevó a la Intendencia Municipal, a cargo de Francisco Bollini, un proyecto exponiendo la necesidad de crear un jardín botánico de aclimatación para objetivos científicos, recreativos y paisajísticos, aconsejando hacerlo en el lugar que ocupa actualmente. Lo inauguró el 7 de septiembre de 1898. Con el tiempo Thays convirtió al Jardín Botánico en un centro de investigación botánica de relevancia internacional.
Sumado a toda su labor como paisajista, Thays fue escritor y periodista. Autor del primer libro argentino sobre paisajismo, dedicado al Jardín Botánico de Buenos Aires y editado en 1910. En él relató la historia del Jardín e hizo un aporte científico al enumerar las colecciones botánicas que allí formó.
En Francia fue redactor de la Revue Horticole durante diez años. Este fue uno de los órganos periodísticos más importantes sobre jardinería en la Europa de los siglos XIX y XX. Escribió un texto denominado "Les fôrets naturelles de la République Argentine", escrito para el Congreso Internacional de Bosques de París, en 1913, que describe los bosques y bellezas de la Argentina, en especial de las Cataratas del Iguazú y del lago Nahuel Huapi.
El 31 de enero de 1934, a la edad de 85 años falleció en Buenos Aires, dejando detrás de sí un enorme legado que podemos disfrutar hasta la actualidad. Su mejor recuerdo y regalo son sus obras y los distintos colores y perfumes que disfrutamos a lo largo del año brotando de árboles autóctonos y de otras especies aclimatadas por él: el lapacho en septiembre, el ceibo en octubre, el jacarandá en noviembre, la tipa en diciembre, y el palo borracho durante varios meses, entre otros.